Tercera Semana

GIOVANNI SARTORI

 

Para empezar esta entrada me gustaría hacer una pequeña introducción sobre quién es Giovanni Sartori, él es uno de los mayores protagonistas del debate político-cultural contemporáneo y reconocido internacionalmente como gran experto en los problemas actuales de los sistemas democráticos de Occidente, es profesor de la universidad de Florencia y en Columbia University (en Nueva York). 

En su obra "La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros" hace reflexionar sobre cuestiones llenas de prejuicios. 

Podemos ver en esta obra como Sartori desarrolla la idea de que la salud y la prosperidad del Estado no dependen de la unanimidad de los súbditos, sino de la diversidad y la discrepancia. Así podemos decir que el sistema político es un sistema de concordancia discor, en el sentido de que todos estamos de acuerdo en que tenemos que convivir los unos con los otros, pero a partir de ahí cada uno tiene una forma de pensar diferente a los demás en diversas cuestiones que nos concierne a los humanos. Siendo además otro de los fundamentos del sistema la salvaguardia de los derechos de las minorías.

La sociedad pluralista considera que la política, la economía y la religión son esferas separadas de la existencia; la autonomía y la intimidad de la vida privada, esta sociedad está caracterizada por las asociaciones voluntarias, afiliaciones múltiples y por unos ciudadanos que se toleran y se reconocen los derechos. Al contrario, una sociedad que no se considere pluralista sería una sociedad fragmentada, compuesta por diversos grupos sociales configurados por la tradición que están incomunicadas y enfrentados entre sí.

Hay que diferenciar varios términos, por un lado el pluralismo político que incluye a los partidos, asociaciones y grupos existentes sin condenarles al aislamiento ni tratar de multiplicarlos, el multiculturalismo es una fábrica productora de diversidad dedicada de forma obsesiva a hacer visibles las diferencias o a inventárselas con propósitos de separación o de rebelión: la creación de subcomunidades que se comportan como contracomunidades significa el fin del pluralismo.

La política de reconocimiento no se limita como el pluralismo a respetar todas las culturas, sino que exige concederles idéntico valor: asumir la defensa del canon clásico de la cultura occidental significaría una discriminación para los restantes grupos. 

La "sociedad multietnica" describe cómo la superpoblación y la urbanización han agravado los efectos de la miseria tradicional africana y han puesto en marcha un proceso migratorio imparable, crecido por los afluentes llegados de las regiones más pobres de América Latina, Europa Occidental y Asia; las peculiaridades del fundamentalismo islámico y las resistencias a la integración ofrecidas por las "extrañezas radicales" de religión y etnia constituyen otro motivo de preocupación.

Más allá de cerrar herméticamente las puertas a los ilegales (¿de qué manera?) y de recortar los derechos o el acceso a la ciudadanía de los inmigrantes legales (¿hasta qué punto?), se necesitan alternativas de acción positiva inspiradas precisamente en los valores del pluralismo político.

Desde mi punto de vista Sartori en su obra presenta un relativismo sobre la multiculturalidad que hace dudar de lo que realmente opina, unas veces parece que se pone a favor del multiculturalismo, mientras que otras parece estar en contra del mismo. 

La obra trata de su intención de cómo mantener los logros históricos que ha alcanzado la civilización occidental, de las condiciones de reproducción, de socialización, de nuestro marco sociocultural.

No hay duda como bien dice Sartori que hay discrepancias e infinidad de ideas a la hora de hablar del modelo de organización social y cultural, y esto es debido a las diferentes formas de estar y convivir en el mundo. Como bien sabemos cada cultura, cada religión se desarrolla en base a unos principios que se han establecido, y cada una es diferente, incluso hay culturas que se enfrentan entre ellas en el sentido de lo que es bueno para una cultura puede no serlo para otra. Así nos encontramos también, algunas acciones, algunos actos que en una cultura determinada están legalmente permitidos, pero si nos fijamos en la declaración de los derechos humanos no está bien visto.

Otro punto a destacar de la obra de Sartori es cuando habla de la tolerancia, lo menciona como el valor básico del pluralismo, creo que es un punto muy importante porque en el momento en el que todos llegemos a tolerarnos, podremos convivir en paz, mientras, seguiran habiendo disputas, enfrentamientos... es normal que cada uno tenga sus creencias y como tal quieran defenderlas, es lo menos que podrían hacer desde mi putno de vista, pero también es verdad que no creo que haya que defender algo ciegamente, sino razonarlo y ser autocriticos y criticos con la cultura que apoyamos. La tolerancia para Sartori es respetar los valores del otro, no teniendo que acpetarlos obligatoriamente.

Desde mi punto de vista, no se trata de que todos tengamos la misma cultura, los mismos ideales y que actuemos de la misma forma, ya que eso sería simplificar cada una de las culturas a una cultura común, llegando a desintegrarlas, y perder su fundamento y las cosas que las hacen únicas, sino de que entre ellas se respeten. Para ello creo que hay que saber leer bien cada una de las culturas que existen en el mundo, y entenderlas en su contexto original, ya que no tiene sentido intentar entender una cultura fuera de su contexto.

Igualmente creo que la persona está por encima de todo, antes que la religión, la política, la cultura... se debe respetar a las personas por ser personas, su integridad tanto física como espiritual, por lo que no me parece correcto que existan algunas prácticas especificas, desde mi punto de vista de maltrato, en determinadas culturas, ya que están atentando a la vida de una persona.

Cada uno tiene derecho a sentirse libre de elegir a qué cultura quiere pertenecer, no creo que se le deba exigir u obligar a nadie a creer algo en lo que no cree, ya que de esta forma no seriamos personas críticas, sino simples marionetas manejadas por una masa de sociedad que tienen unas creencias tan válidas como otras, pero que no están acordes a tú forma de pensar y de ser.

Además también me parece interesante que aunque creas en una cultura, y te sientas parte de ella se tiene que ser crítico con la misma, es decir, no creer con los ojos cerrados en algo, sino cuestionarse continuamente cada acto, cada cosa que se diga, se piense o se cree, ya que como personas que somos, podemos equivocarnos, por lo que tenemos el derecho de poder rectificar, y de tener una mente abierta, ser capaces de entender dentro del contexto donde se desarrolla la cultura.

Por otro lado, el hecho de que Giovanni hable de una sociedad multiétnica, del pluralismo y de la multiculturalidad me parece de lo más razonable, ya que desde siempre hemos vivido compartiendo el espacio físico con diversas culturas, pero creo que se debe dar un paso más y hablar de una sociedad intercultural, es decir, no solo que existan diversas étnias, y que vivan en un mismo espacio físico, sino que lleguen a conectar, a convivir, a conocerse, creo que de esta forma sería más fácil la convivencia entre todos, ya que es cuando conoces algo cuando tienes posibilidad de poder opinar, no se puede opinar de algo que se desconoce, quizás de esta forma se llegaría a entender muchas de esas actitudes, rituales de otras culturas que en la nuestra no llegamos a comprender, por el simple hecho de que no la concebimos factible.

Para poder hacer esto desde mi punto de vista se debería dejar a un lado el pensamiento de "mi cultura es mejor que la tuya" sí, suena triste, pero realmente es cómo se piensa, se trata de imponer una cultura sobre otra, en vez de enriquezernos entre todos, y cambiar para mejorar, ya que entre las culturas se pueden dar ejemplos de como hacer algo, de como actuar ante una situación determinada, no digo que se termine haciendo una cultura común, aunque lo parezca, sino de respeto entre todas las culturas, y el progreso de las mismas. 

Para terminar decir que Sartori da tres posibles salidas al "Problema de la multiculturalidad" y son: armar políticas convergentes desde el interior de la propia sociedad de recepción, para efectuar procesos de integración aceptables por todos los colectivos, o buscar soluciones para que los procesos migratorios se frenen en el origen (solución utópica a corto plazo) y una tercera que sería la confrontación entre culturas, pero esa no es objeto de una reflexión social que se precie.